Su vínculo con Francia se inicia en su adolescencia, ya que su familia lo envió a París, donde terminó su educación secundaria. Desde muy joven mostró interés por la pintura. Así, al poco tiempo de haber regresado a Panamá, volvió a París, donde estudió con el pintor academicista León Bonnat y después con el posimpresionista Albert Dubois-Pillet. Al producirse nuestra separación de Colombia en 1903, Roberto Lewis fue nombrado Cónsul de Panamá en París, cargo que ejerció por muchos años.
El gobierno le comisionó para pintar una serie de obras – frescos y murales – para exaltar la majestuosidad de algunos edificios públicos de envergadura: Los Tamarindos en la Presidencia de la República, el plafón del Teatro Nacional y la inconclusa Historia de la Humanidad en La Escuela Normal de Santiago, entre algunas. Trabajó en la Escuela Nacional de Bellas Artes, de la que fue su creador y director hasta 1935. Sus discípulos más importantes fueron Ivaldi, Benítez y Cedeño.