Nació en el popular barrio del Chorrillo en Panamá. Desde muy joven se interesó en la problemática social de su entorno, por lo que su inclinación por la pintura como medio para comunicar sus emociones, lo llevo a la Escuela Naciotnal de Artes Plásticas de Panamá en 1960. Al poco tiempo, por su talento, fue becado por el gobierno peruano para ir a la Escuela Nacional Superior Autónoma de Bellas Artes de Perú, donde se especializó en Técnica de Mural al fresco. Técnica Mixta de Grabado y Escultura. En 1968 obtuvo el primer premio en el concurso de pintura organizado por la Casa de la CulturadeÑuñoaenSantiagodeChile, país que estaba efervescente en los temas políticos para el cambio social, pero fue en México, donde vivió cerca de 15 años, que el artista perfeccionó su estilo, influenciado por los grandes muralistas mexicanos como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Orozco.
Entre sus murales se encuentran los que pintó en varios de los edificios de la Universidad de Panamá, la Gobernación de Panamá, así como los de la escuela de Bellas Artes de Lima, la Facultad de Bellas Artes de Santiago de Chile, y de la Universidad de Trabajadores de la provincia argentina de Santa Fe.
Palomino fue un artista de carácter fuerte y comprometido con la lucha social. Hizo exposiciones individuales y colectivas en México, Perú, Chile,
España, Argentina, Uruguay y Panamá.
Preocupado por la opresión de la humanidad más desfavorecida y la angustia del ser humano en el mundo moderno, al final de su vida se había adentrado en el tema religioso, siendo su obra más destacada ‘El Vía Crucis’, en que se destacó su humanismo.