Benítez entra a la Escuela de Bellas Artes de Panamá y Humberto Ivaldi lo acoge por su gran talento. En 1950, realizó una exposición exitosa y así logró ser becado para proseguir sus estudios de arte en Florencia, en la Academia Florentina de Bellas Artes donde permanece un año y siete meses pero tiene que regresarse a Panamá por una enfermedad mental que le detectan allá. Esta enfermedad lo mantenía por épocas, encerrado, deprimido y taciturno; Benítez era un hombre solitario, que deambulaba por las calles y parques, en los que pasaba horas observando la naturaleza y a la gente, se inspiraba e iniciaba su proceso creativo para luego plasmar en la tela lo que captaba su atención.

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29 de septiembre de 20206 de noviembre de 2022
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